Especial
Formato:
Tres tomos oversize en acabado mate, con detalles en lustre, y hojas tipo revista extra gruesas
Sinopsis y contenidos
Joker ha muerto. De eso no hay duda. Pero si Batman u otra siniestra fuerza fue la que finalmente rompió su flaco cuello, continúa siendo un misterio en Gotham City.
El problema es que Batman no puede recordar… y mientras ahonda en este laberíntico caso, más comienza a dudar de todo lo que descubre.
Así que, quién mejor para ponerlo en el camino correcto que… ¿John Constantine?
El problema con eso es que por mucho que John adore un buen misterio, prefiere aún más meterse con las mentes de la gente. Así, con la “ayuda” de John, el par se meterá a fondo en el sórdido submundo de Gotham conforme se apresuran hacia la explosiva revelación de quién asesinó a Joker.
Criticas y conclusiones
Azzarello plantea una trama muy sucia, claustrofóbica, y no duda en tocar ciertos pilares inamovibles del personaje, como con lo que respecta a su padre, al que deja entrever una relación extramatrimonial o a la propia infancia de Bruce. Pero en el fondo, todo gira en torno al propio personaje como concepto, de su justificación en este mundo, de la necesidad del castigo como única vía de enseñanza para la especie humana, y cómo la culpa y el anclarse al pasado forma parte de la propia idiosincrasia de Batman.
El dibujo de Lee Bermejo es una auténtica maravilla. Con su estilo hiperrealista y este formato de la obra a un tamaño superior al del comic book habitual, se disfruta muchísimo. Construye una Gotham completamente asifixiante, sucia y oscura, que hace casi lógico todo ese catálogo de esperpentos que llenan sus calles y azoteas. Además, con esas versiones de Deadman, Espectro, la Encantadora (con mucha influencia de la versión cinematográfica) o Etrigan se sale por completo. Juega mucho con los saltos temporales y gusta de enlazar escenas conectadas por un detalle o una palabra común.